No pude evitar escuchar. Tantas ganas me dieron de ir y matarlos. Un deseo muy fuerte, algo que pasa siempre, siempre que no puedo evitar escuchar. Trate de calmarme. Me habia peleado con ella antes, muy fuerte, discusion tras discusion, interminable, sin poder llegar a un acuerdo. Me acoste, tapandome hasta las orejas, deseando que terminara. Cuando termino, al fin, ya tenia todo planeado. Me pare, fui al baño, agarre papel, volvi, la agarre, la sostuve con mi mano temblorosa... Me sente en la cama con todos los elementos. Sentia que me miraban y me decian que lo hiciera, que por lo menos iba a calmar el dolor de lo que habia pasado antes. Lo hice, tal como las otras veces. Pasaban los minutos y seguia haciendolo, sin darme cuenta del tiempo. En un momento me pare, no me sentia del todo bien, estaba mareada, con mi brazo estirado. No sabia bien lo que estaba haciendo, pero segui. Segui, segui y segui. Ella, el papel y yo. La mejor combinacion. Sabia que no me iban a fallar. Mire el espejo.. me reflejaba, palida totalmente. Las piernas me temblaban, no sabia cuanto mas aguantaria sin caerme. Volvi a la cama dipuesta a esperar el momento del derrumbe. La tire al suelo casi sin darme cuenta, al mismo tiempo que se me nublaron completamente los ojos, deje de escuchar, deje de sentir dolor, habia dejado de ver. Una sensacion inexplicable, pero increible. Una sola vez en mi vida me habia pasado eso, pero nunca por esta causa, que fue mejor. Tiempo mas tarde, me desperte. No sabia cuanto tiempo habia pasado ni queria saberlo. Las marcas coloradas, estaban ahi, hermosas, recordandome que me habia pasado y que habia estado haciendo. Sonreí. Apague la luz y me dormi, sin dejar siquiera que una lagrima se caiga.

Cuanto placer puede darme el dolor, dijo Leo alguna vez.